Por Ursula Kessler. Alemania
Se me despertó la curiosidad y pregunté: ¿Y esto funciona, no será que tenga algún escape, no será que duele, no será…?
Menstruaciones, desechos… o la Copa menstrual
Personalmente soy menopaúsica – y a lo que se refiere de la menstruación y sus probables incomodidades- y estoy a gusto. Aunque no teniendo la menstruación si me sigue interesando el tema en cuanto a practicidad. Si, quizás porque soy rata… y nos gusta lo práctico.
Bueno, bromas a parte… un día me encuentro con una joven, sentada en la cocina la cual me dice: “Me enteré de una cosa que se llama ‘Copa menstrual’ y es que con ésta se pueden evitar las compresas, tampones y todas estas cosas. De hecho –dijo- lo estoy usando y me va bien.”
Bueno, como pasa muchas veces… primero se me alertaban todos los prejuicios como: “Bueno, otro evento más de la industria, otra vez nos quieren vender algo, que luego no es, etc…”
Pero la muchacha seguía hablando y yo escuchando. Dijo: “Bueno, se llama Moon Cup. Es una copa menstrual. Es un recipiente que se inserta en la vagina durante la menstruación para depositar el flujo menstrual. A diferencia de los tampones, que también se usan internamente, la copa menstrual no absorbe la sangre; ésta queda contenida en el interior de la copa hasta que se extrae de la vagina y se desecha el líquido.”
Se me despertó la curiosidad y pregunté: ¿Y esto funciona, no será que tenga algún escape, no será que duele, no será…?
Y siguió ella… existen varios tipos de copas menstruales disponibles en el mercado. Yo estoy usando el tipo más común que es una copa en forma de campana de goma (latex) o silicona o plástico quirúrgico. Así la copa es un tipo de barrera, se introduce en la vagina, es un material muy suave y se puede doblar fácilmente con lo que se pliega un poco de la parte superior (el aro) para introducirla sin problemas.
Una vez colocada en la vagina, la copa recoge el flujo; para sacarla se “pinza” para quitar el vacío que se crea, se vacía, se lava y se vuelve a colocar. No molesta, porque está fabricada en elastómero termoplástico un material que se usa para fabricar las tetinas de los biberones que la hace resistente, y muy moldeable.
Y fíjate –me dijo- si se guarda correctamente después de uso, evitando los rayos ultravioletas, tiene una vida útil de 5 a 10 años, si echamos cuentas de la cantidad de tampones y compresas que se usan a lo largo de la vida “menstrual” ¿resulta bastante económico verdad?
Ya respondí, pero ¿cuánto cuesta? ¿Será muy costoso, no?
Aproximadamente 25,-- Euros, dijo ella. Contando los años que se puede usar y contando lo que cuestan tampones, compresas etc. es mucho más económico. Pero no simplemente es eso sino que prácticamente no se generan residuos. Por el contrario, los tampones y compresas utilizados para higiene íntima femenina contienen diversos elementos que, además de ser tóxicos para las mujeres, son altamente contaminantes tanto en su fabricación, como en su uso, y una vez desechados.
Con esta información me puse a investigar un poco más y encontré en el internet (Wikipedia) lo siguiente:
De acuerdo con la información del Museo de la Menstruación y de la Salud de la Mujer en los Estados Unidos la copa menstrual se produjo industrialmente desde la década de 1930, aunque existen copas rudimentarias circulando desde 1867. La primera patente fue en 1932, la de L.J. Goddard. Le siguió la copa patentada por Leona Chalmers y diseñada en los Estados Unidos con el nombre Tass-ette; la idea era fabricarla en caucho vulcanizado. Hubo una venta y distribución significativa de las copas en esa década, a lo que siguió un largo silencio sobre el tema. Siguieron surgiendo patentes en 1935, 1937 y 1950.
En 1950, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, las copas ya se fabricaban en los Estados Unidos, lo que se interrumpió en 1963 por no ser rentable, por falta de látex y porque no tenían éxito comercial debido a la opinión de las mujeres: les parecía que era demasiado grande, rígida y pesada, además de la cuestión cultural que implica la manipulación de los genitales y las secreciones vaginales.
No obstante, en los últimos años, las copas menstruales se han hecho de materiales alternativos, por ejemplo de siliconamédica, debido a las posibilidades de alergia generadas por el uso del látex. Existen muchas fábricas en la producción de copas, lo que permite una mayor libertad de elección de modelos, formatos, colores y precios y, por consiguiente, una mejor elección entre las usuarias.
Lo que me resulta muy sorprendente que la copa –aunque parece ser una forma bastante interesante para recoger la sangre de menstruación – no es muy usada ni conocida por las mujeres en comparación con los tampones y compresas. Claro, principalmente porque apenas existe publicidad de estos productos. No interesa un producto que dure tanto tiempo. Interesan productos de usar y tirar porque esto forma parte de este sistema.
Prueba de esto es que aunque las ventajas son múltiples, no se promociona. Es más… no es tan fácil de conseguir el Moon Cup: O lo tienes que pedir por Internet o las farmacias lo tiene pedir. Una de las ventajas son:
- Economía: el coste inicial es mayor que los absorbentes tradicionales pero el gasto solo se produce una vez y se recupera la inversión a los pocos meses, ya que la duración con los cuidados adecuados puede ser hasta diez años.
- Infecciones: La silicona es inerte de forma similar al cristal y no es adecuada para que los gérmenes se acumulen en ella. No se han relatado casos de Síndrome del shock tóxico, ligado al uso de tampones tradicionales. Las copas también podrían ayudar a prevenir problemas causados por el uso de compresas, como la candidiasis (producida por el ambiente cálido y húmedo que crea una compresa) y la cistitis (que puede darse si las heces en la compresa transportan la bacteria E. coli a la uretra o a la vagina).
- Comodidad: se puede llevar durante la noche. Se puede utilizar durante toda la menstruación independientemente de lo copiosa que sea e incluso en cualquier momento del ciclo simplemente para acostumbrarse a llevarla.
- Medio ambiente: Supone menos desechos para el medio ambiente.
Las probables desventajas pueden ser:
- Es poco usada y es un poco difícil encontrar donde comprarla o conocer opiniones de otras usuarias.
- Puede ser incomoda de utilizar en baños públicos que no dispongan de un lavabo o bidé privado, pero normalmente hoy en día en la mayoría de los sitios hay baños para personas minusválidos y estos si tienen siempre un lavabo en el baño.
- Al final del ciclo, además del lavado habitual con agua y jabón, se debe esterilizar hirviéndola.
- Como los tampones, puede ser un poco complicada de usar al principio. Se puede mover si está mal colocada. Sin embargo, si la colocación es adecuada es difícil que se mueva, de hecho puede crear una succión que impida sacarla si no se sabe hacer. Simplemente introduciendo un dedo para que entre el aire, se deshace el vacío y sale fácilmente.
Ya que las copas se pueden utilizar en cualquier momento del mes, la mujer puede practicar la inserción y extracción cuando no está menstruando para habituarse. Las copas menstruales en forma de campana pueden adelantar la menstruación uno o dos días debido al suave efecto de succión que producen. Algunas mujeres han informado de menstruaciones más cortas debidas también a este mismo efecto.
Las copas requieren ser cambiadas (o vaciadas) con menos frecuencia que los tampones o las compresas. Su capacidad es de 30 ml, que constituye la tercera parte del volumen de sangre que pierde una mujer en cada menstruación por término medio, por lo que pueden permanecer hasta 12 horas sin necesidad de vaciar.
La copa en forma de campana se inserta en la parte baja de la vagina. A lo largo del día es posible que tienda a introducirse algo más, lo cual es perfectamente natural, pero no está diseñada para colocarse por encima del cérvix. Estas copas tienen un rabillo en la parte final para facilitar su extracción.
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Copa Instead: se inserta y se usa de la misma forma que un diafragma. Se coloca por encima del cérvix y se mantiene en esa posición por la presión del hueso púbico. Para su extracción se engancha un dedo al reborde y se tira hacia abajo.
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Un tampón se debe insertar hasta las proximidades del cérvix; esta es la posición más cómoda y permite que el tampón se expanda tanto a lo largo como a lo ancho a medida que absorbe el flujo. Los tampones tienen un cordón que sobresale de la vagina para facilitar su extracción.
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Se calcula que alrededor de 315 millones de mujeres en todo el mundo usan tampones o compresas a diario. Si una mujer usa, de promedio, 25 tampones o compresas por cada ciclo menstrual, significa que cada año se descartan alrededor de 94.500.000.000 de tampones y compresas. Incluso en el caso de las compresas llamadas "orgánicas", que se hacen con algodón natural y no contienen blanqueadores ni químicos, el problema de los desechos persiste, ya que su degradación tampoco es rápida.
Después haber leído todo esto puedo decir que me parece que la copa menstrual realmente constituye una forma de higiene íntima más saludable para los días de menstruación; tanto para la mujer como para su entorno.
Referencias
5. ↑ Wysocki, Susan. Nuevas opciones en protección menstrual. Advance for Nurse Practicioners (en inglés) Consulta: 4-06-2010
- Esta obra deriva de la traducción de Coletor menstrual, publicada bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported por editores de la Wikipedia en portugués.
- Esta obra deriva de la traducción de Menstrual cup, publicada bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported por editores de la Wikipedia en inglés.
Enlaces externos
- Video explicando como se coloca, con subtítulos en español
- http://www.instintomaternal.com/es/c/?iddoc=238
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